Atardecer en Weston-super-Mare

En su último encuentro, después de cenar juntos dan un paseo por el muelle. Está anocheciendo y en un momento dado se encienden las luces.

"He oído decir, explica Miss Kenton, que para muchas personas la noche es el mejor momento del día, el que con más ansia esperan... ¿Qué es lo que usted espera con más ansia Sr. Stevens?”

Los cuidados de Julia

El domingo me levante a las 10 y me pasé el día en casa. Apenas me preparé el desayuno y no bajé ni a comprar el periódico ni a andar un poquito o que me diera el sol en la cara. Del portátil a la tele, de la tele a poner un disco, a mitad de disco me impaciento de disco, y me obligo a empezar After Dark que compré el día anterior, lo dejo a los 10 minutos, yo antes leía, espero que suene algo, o que algo pase, abro cajones buscando nada, como a mediodia con mi madre, estoy con mi perro por casa, oigo a mi hermana al otro lado del teléfono, uno de esos días, donde solo más tarde me daré cuenta, que saben a arena.

Y por la noche ya pasada las 22h, suena el móvil pero siento que llega tarde y ni le hago caso de lo cansado que me siento, voy por agua, con "los ojos envenenados" lo cojo y leo un mensaje de Nuria.

"Emilio, he encontrado EL libro de solos. Se llama Los cuidados de Julia, y es de una chica de Vitoria, de mi mismo año, Irantzu Landaluce. Está en Taifa Llibres, TIENES QUE LEERLO. Se lee en una hora y es tan bonito, tan triste, tan de amor.."

Cuando recibes un mensaje así la respuesta suele ser muy impaciente, casi extraña, te sientes sorprendido de que aún quede alguien que piense en ti, o mejor dicho, en esas cosas y en ti a la vez, cuando hubieras puesto la mano en el fuego de que ya se había acabado el día, que es tan difícil algo que no sea sentirse fuera.

"Ana ha recordado aquella otra noche de este verano, cuando se acercaron a la fuente y se quedaron escuchándola. Se sintió como detrás de un cristal, como si cayera una lluvia alegre y fina y ellas la escucharan, sin mojarse. Ese día salieron a cenar y durante la cena, entre la comida y las copas de vino, Ana dijo ´me siento muy sola a veces´, y Julia asintió lentamente con la cabeza, como si dijera ´yo también´"
Un libro que leeré más veces, cuando los días me sepan a arena o a Julia, sirve para los 2 casos.

Conocí la paz


"Cuando a Varadero llegué, conocí la felicidad
Cuando a Varadero llegué, todo fue verdad
Recuerdas mi bien que encontre tu gran amor sin maldad
Y cuando tus labios besé, conocí la paz
Te recuerdas que yo te pedía fueras mía no más
Te recuerdas que tu me decias: "no te quiero más..."
Cuando a Varadero llegué, conoci la felicidad
Y cuando tus labios besé, mi alma tuvo paz"